martes, 26 de febrero de 2013

EL OTRO STEVE MCQUEEN


El artista visual y director de cine Steve McQueen (n. Londres, 1969) - homónimo del célebre actor de Hollywood protagonista de la imprescindible “Bullit” (1968) - pasa por un excelente momento en su carrera. Tan sólo en el 2009 representó al Reino Unido en la Bienal de Venecia y en el 2012 el Art Institute of Chicago realizó la retrospectiva de veinte años de carrera en el video arte y la instalación.


Este año McQueen prepara el estreno de su tercer largometraje que lleva por título “Twelve years a slave”, esperando tener el mismo éxito que con los dos anteriores donde exploró situaciones límite relacionadas al cautiverio y a las acciones corporales extremas. Su ópera prima, “Hunger” (2008) era acerca de un grupo de prisioneros irlandeses en huelga de hambre, en tanto que “Shame” (2012) trataba de un adicto al sexo y su inexorable camino hacia el auto castigo y la destrucción.

No es común que un artista visual acostumbrado a explorar las profundidades del dolor, la violencia y el erotismo dé un salto exitoso de la galería de arte a la sala de cine comercial. Si bien en ambos géneros se exploran las posibilidades expresivas de la imagen en movimiento, los lenguajes narrativos de cada uno no podían ser más diferentes: en el video arte se permite la interrupción y la discontinuidad, en tanto que el cine sólo se comprende a través de la continuidad y la secuencia.

En sus inicios, y al contrario que la pintura y la escultura, el cine no tuvo que reinventarse para ingresar a la época contemporánea. Como territorio de experimentación dio a luz en sus inicios a piezas alucinantes como “Un chien andalou”  (Luis Buñuel, 1929) o “La Passion de Jean d’Arc” (Dreyer, 1928), mucho antes de decantarse por su actual vocación de entretenimiento para masas.

La exposición temporal “Blockbuster. Cine para exhibiciones” reflexiona sobre esta relación diacrónica/sincrónica entre el cine y el arte, entre lo artístico y lo comercial. En esta muestra curada por Jens Hoffman se reúnen los trabajos de varios artistas,  entre éstos Steve McQueen con la pieza en formato 16mm titulada “Running thunder” (2008).

Con motivo de esta exposición, McQueen también seleccionó una pieza fílmica de la historia del cine siendo la obra francesa “Zéro de conduite” (Jean Vigo, 1933) la elegida. “El final de la película trata de la rebelión en una escuela – todos los niños caminan hacia el cielo con las manos en el aire. Es acerca de posibilidades infinitas”, expresó a The Guardian en una entrevista del 2009.

“Blockbuster. Cine para exhibiciones”  sitúa bajo una perspectiva museológica la asombrosa relación que existe entre el cine, la vida y el videoarte. La muestra es organizada por la Fundación CIAC, es itinerante y actualmente se encuentra en la sede del Museo Arocena de Torreón, Coahuila. Se acompaña de un catálogo impreso y de una aplicación descargable para iPad en iTunes (Appstore).  

lunes, 18 de febrero de 2013

MARIUS DE ZAYAS, PRECURSOR DEL ARTE MODERNO



La reciente designación de Antonio Saborit como nuevo director del Museo Nacional de Antropología me trajo a la memoria dos de sus publicaciones, "Crónicas y ensayos" (2007) y "Cómo, cuándo y por qué el arte moderno llegó a Nueva York" (2005) ambas dedicadas a documentar la vida de Marius de Zayas (1880 - 1961), un importante promotor del arte moderno que actuó durante las tres primeras décadas del siglo XX.  

Como artista, crítico, editor, curador y marchante de arte, Marius de Zayas fue clave en la divulgación del arte moderno en los Estados Unidos. Nacido en Veracruz en 1880, vivió la mayor parte de su vida fuera de México. En 1907 siguió una carrera como escritor y caricaturista en Nueva York, donde escribió para la revista "América" que editaba su padre, Rafael de Zayas Enríquez. Sus crónicas y dibujos de esta época son una ventana crítica a la vida cotidiana, la fotografía, la ópera, la escultura, la coreografía y las exposiciones de su  tiempo.

Entre 1910 y 1911 vivió en París donde ingresó al círculo de Guillaume Apollinaire, Francis Picabia y Pablo Picasso. A su regreso a Nueva York, se sumó a la revista "Camera Work" y a la Galería Photo-Secession de Alfred Stieglitz. Poco después fundó y dirigió la Modern Gallery en donde expuso obras de Paul Cézanne, Vincent Van Gogh, Diego Rivera, André Derain y Paul Strand por primera vez en América. Al cierre de la Modern Gallery, abrió una segunda sala de exposiciones y ventas llamada De Zayas Gallery, la cual cerró en 1921.

Hacia el final de la década de los treinta se retiró a un castillo en Rivoiranche, al sur de Grenoble. Ahí empezó a trabajar en la crónica testimonial "Cómo, cuándo y por qué el arte moderno llegó a Nueva York", escrita a manera de carta dirigida al fundador del Museum of Modern Art de Nueva York, Alfred H. Barr Jr. a quien conoció en París cuando éste lo consultó acerca de la procedencia de cinco piezas de su propiedad: dos Cézanne, dos Gauguin y un Derain.

Marius de Zayas murió en Stamford, Connecticut en 1961, dejando tras de sí una larga y productiva vida dedicada a la promoción del arte y la literatura. Su labor como curador y marchante fueron trascendentales para la divulgación de las vanguardias parisinas en nuestro continente, y fue a través de su intervención que se formó una buena parte de la colección de arte que actualmente se exhibe en MoMA de Nueva York.

En el 2009 el Museo Nacional de Arte (INBA) realizó una exposición temporal sobre Marius de Zayas titulada “Un destierro Moderno” con dibujos, grabados, fotografías y esculturas que alguna vez se mostraron en su galería. Sin embargo, me parece que aún queda pendiente la tarea de ubicar y acopiar sino la totalidad de las obras que alguna vez pasaron por las manos del marchante sí la mayor cantidad posible, al menos para una publicación o museo virtual.

Doy crédito de estos contenidos al ensayo preliminar de Antonio Saborit en "Cómo, cuándo y por qué el arte moderno llegó a Nueva York" editado por la UNAM y el CONACULTA a través de Equilibrista.

IMAGEN: Alfred Stieglitz.  Retrato de Marius de Zayas, 1915. Platinotipo. 24.5 x 19.4 cm. National Gallery of Art, Washington, Alfred Stieglitz Collection, 1949. 

lunes, 11 de febrero de 2013

SALVADOR TARAZONA, PINTURA Y ARTIFICIO



La semana pasada presentamos en Torreón el libro "Tarazona. Presencia en Coahuila y el mundo", primero de la colección Patrimonio Coahuilense a cargo de la Coordinación Editorial de la Secretaría de Cultura del Estado. El volumen inicia con los textos del gobernador Rubén Moreira Valdez y de Ana Sofía García Camil, titular de la Secretaría de Cultura. Se suceden los artículos de Javier Villarreal Lozano, Jesús Pérez Uruñuela, Miguel Canseco y Arturo Villarreal Reyes.

Salvador Tarazona (n. Valencia, España - m. Caracas, Venezuela, 1961) fue un pintor, decorador y escenógrafo que alcanzó cierta notoriedad en nuestro país por su trabajo en el Palacio de Gobierno en Saltillo (1928 - 29), el Teatro Isauro Martínez en Torreón (1930) y el Palacio de Cortés en Cuernavaca (1938 - 1944).

Miguel Canseco describe a Tarazona en su texto del libro como un pintor autodidacta, "ajeno a los movimientos artísticos que se generaban en las grandes capitales", más artesano que artista, un maestro "fallero" que aprendió el oficio de la pintura y la cartonería construyendo castillos en las Fallas de su natal Valencia. Concluye afirmando que Tarazona está "supeditado a las exigencias de sus clientes y adapta su estilo a las necesidades de cada recinto y ocasión".

Antes de llegar a México en 1904 para realizar pinturas decorativas en las haciendas de Yucatán, Tarazona participó en la decoración del Pabellón Español de la Exposición Universal de 1900 en París. En la ciudad de México ornamentó el carro alegórico de la fábrica de cigarros El Buen Tono para el Centenario de la Independencia (1910) pero durante la  Revolución Mexicana migró a Nueva York, empleándose en las escenografías de Broadway. A su regreso a México, continuó ejerciendo el mismo oficio en el Teatro Principal de la capital. Años después y tras un breve paréntesis en Europa, Tarazona es contratado en Coahuila para realizar dos comisiones, una de ellas en el interior del Teatro Isauro Martínez.

Salvador Tarazona realizó lienzos monumentales con temáticas donde concertó diálogos impensables entre la historia, la alegoría y el mito. La fundación de Monterrey, la fundación de Saltillo, episodios de la vida de Hernán Cortés, remembranzas del imperio de Maximiliano, visiones de la India y el Medio Oriente, del México prehispánico y de las Mil y una Noches, todo tiene la misma cabida en su obra como si de un gran teatro del mundo se tratara. En efecto, su ecléctico pincel estuvo tanto al servicio de los repertorios iconográficos marcados por sus patronos como al servicio del artificio, la fantasía y el ensueño propios del teatro y la escenografía.

De aquél “Palacio de las Ilusiones” en el que París se transformó durante la Exposición Universal de 1900 a la ampulosa decoración del Teatro Isauro Martínez en Torreón no hay mayor distancia que la de un parpadeo.  

"Tarazona. Presencia en Coahuila y el mundo" es una significativa aportación a la historia regional en nuestro país. Esperemos que en un futuro veamos ampliados sus contenidos por más investigaciones que exploren la vida y obra de este pintor, decorador y escenógrafo que tuvo a bien hacer escala en Torreón, dejando ahí una obra que ha asombrado a propios y extraños por varias generaciones. 

¿HAY EN IZTAPALAPA ALGO MÁS QUE PROBLEMAS?



Con poco más de 1 millón 800 mil habitantes (INEGI, 2010) la delegación Iztapalapa es la demarcación más poblada de México. Falta de infraestructura urbana y de transporte, violencia e inequidad social, escasez de centros culturales y educativos, infructuosas disputas políticas y ahora, jaurías de perros presuntamente asesinos, son algunos de los problemas que enfrenta diariamente.

Sin embargo, ¿hay en Iztapalapa algo más que sólo problemas?

Con una historia que se remonta a la época prehispánica,  Iztapalapa alberga inmuebles de gran interés cultural como el ex convento de san Juan Evangelista en Culhuacán, uno de los más antiguos de la Ciudad de México. Fundado en 1560 por los franciscanos, posteriormente fue cedido a la orden agustina bajo cuyo auspicio se realizó la profusa decoración de sus muros. Este edificio histórico ubicado a las faldas del Cerro de la Estrella actualmente es museo y centro cultural comunitario. El ex convento está al cuidado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la entrada es gratuita.  

Siendo Iztapalapa una demarcación de grandes contrastes y crueles ironías, también es conocida por tener  uno de los monumentos más feos del país: Cabeza de Juárez, una escultura en cemento de seis toneladas de peso realizada por Lorenzo Carrasco y Luis Arenal. La obra fue inaugurada en 1976 durante el sexenio del presidente Luis Echeverría Álvarez y por muchos años fue referente de los últimos confines de la capital. De acuerdo al Sistema de Información Cultural del CONACULTA Cabeza de Juárez es un museo que “cuenta con pinturas murales abstractas y una exposición permanente que incluye cronologías 1806 a 1872, litografías y una colección de banderas de América”. 

Pero posiblemente la aportación cultural por la que la delegación Iztapalapa sea más reconocida en la actualidad  es la escenificación de la Pasión de Cristo durante la Semana Santa. Esta festividad es una tradición popular de gran raigambre y significado para la ciudad en su conjunto, no tan sólo para Iztapalapa. Se ha celebrado anualmente desde 1843 y cuenta con la participación de cientos de actores locales. Merecidamente, el año pasado fue declarada Patrimonio Cultural del Distrito Federal, una antesala al deseado reconocimiento de la UNESCO. 

Como es evidente, en cuestión cultural sí podría haber luz al final del túnel.

El actual Jefe Delegacional, el perredista Jesús Valencia, presentó a finales del año pasado el "Consejo para la Transformación de Iztapalapa" destinado al diagnóstico y con suerte, a la solución, de los problemas que aquejan a su demarcación.  El Consejo está formado por 16 expertos en  urbanismo, educación, cultura, sustentabilidad, ciencias sociales y medio ambiente. Algunos de los integrantes son: Enrique Norten, Julio Frenk Mora, Héctor Castillo Berthier, Antonio Alonso Concheiro, Alejandra Moreno Toscano, Eugenio Gómez Reyes, Guadalupe Loaeza, Mireya Imaz, Rafael Camacho Solís, René Alejandro Jiménez Ornelas y Sergio Zermeño. Su función sería el apoyar en el diseño y ejecución de programas y políticas públicas durante la actual gestión.

Esperemos que las buenas intenciones lleguen finalmente a la práctica y que la delegación Iztapalapa sea, ahora sí, algo más que tan sólo sus problemas.